Un paseo por su historia
Para encontrar el origen de sus primeros pobladores hay que
remontarse a la Prehistoria ya que los primeros asentamientos humanos
encontrados en este municipio, datados en el Neolítico Final Almeriense tercer
fase del Bronce (siglos VIII-VII a.C), fueron hallado en el Peñón de la Reina y
el Peñón del Moro. Asociada a la cerámica del Bronce Final que apareció en el
Peñón de la Reina, se pudo localizar en este enclave cerámica tartésica y
fenicia.
De los pueblos íbericos y romanos solo nos queda constancia
de monedas y restos cerámicos.
El trazado árabe del casco antiguo, y el entramado urbano de
los barrios más altos de Alboloduy, nos revelan que se trató de una de las
primeras alquerías que fundaron los conquistadores árabes en la provincia de
Almería a finales del siglo VIII.
En el siglo XV, la taha de Alboloduy, como se le llamaba a
esta unidad administrativa en la que los soberanos nazaríes dividieron todo el
territorio alpujarreño, pasó a ser un gran territorio constituido por dos
villas, Alhiçan, el actual Alboloduy, y Carialtagima (supuesto nombre que
recibía el actual municipio vecino de Santa Cruz de Marchena.
Tras las capitulaciones de Granada, la “taha de Boloduy” es
donada a Boabdil, el cual la vendería a los Reyes Católicos en 1493 y
posteriormente estos la donan a D. Sancho de Castilla, Señor de Gor, en 1504
por su heroísmo en la fortaleza de Salsas (Francia).
Por diversas sublevaciones y contiendas, a finales del 1500
Alboloduy queda despoblado y en 1577 comienza el apeo de las tierras con vistas
a repoblar la localidad con cristianos viejos. De los libros del apeo nos queda
constancia de que la fortaleza de Alboloduy, situada en el Peñón del Moro,
quedó derruida tras la sublevación de las Alpujarras, y que la economía local
de entonces se sustentaba en la producción de la seda, de las almazaras y los
molinos de harina.
Durante el siglo XVIII Alboloduy pasaría a ser señorío dependiente
del Duque de Gor a villa de realengo dependiente de la corona. En este siglo se
estima un crecimiento poblacional, contando en 1753 con casi 1600 habitantes.
Del Duque de Gor nos queda constancia de su vivienda junto
al actual Centro de Interpretación local.
El siglo XIX irrumpe con un declive económico y el
liberalismo, siendo lo más significativo la abolición de los señoríos y la
desamortización, hechos que producen la descomposición del señorío de
Alboloduy, y cada término municipal adquiere independencia y autonomía, como
Santa Cruz de Marchena en 1850, para nombrar un alcalde y un regidor en el
pueblo.
En 1863, Isabel II crea el marquesado de Alboloduy,
concediéndoselo a doña María Elvira Fernández de Córdoba Bohórquez, nieta del
Duque de Gor.
El primer tercio del siglo XX se caracteriza por tensiones
sociales, paro y una fuerte sequía, que enlazan con al Guerra Civil, período
que transcurre con las dificultades propias del momento y una posguerra dura y
pobre. Tras la muerte de Franco, comienza el período democrático y tranquilo,
con una población agradable y solícita para el extraño que se acerca a conocer
este pueblo tan representativo de las tradiciones culturales de la comarca.
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